El Congreso de Perú destituyó a la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral” en medio de una ola de violencia y crisis política. José Jerí asumió como mandatario interino hasta las elecciones de 2026.
El Congreso de Perú aprobó este jueves la destitución de la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral”, tras un juicio político que reflejó la profunda inestabilidad política que atraviesa el país andino.
En su lugar, José Jerí, expresidente del Congreso, juramentó la madrugada del viernes como presidente interino y asumirá el cargo hasta que se celebren nuevas elecciones en abril de 2026.
Boluarte, de 63 años, se convierte en la cuarta mandataria retirada del cargo en menos de una década, en un contexto marcado por la creciente inseguridad y los bajos niveles de aprobación popular. Su gestión contaba con menos del 10% de respaldo ciudadano, según encuestas recientes.
Una destitución por “incapacidad moral”
La decisión del Congreso se basó en acusaciones de incapacidad moral, un argumento constitucional utilizado en Perú para remover presidentes cuando se cuestiona su conducta ética o administrativa.
Los legisladores justificaron la medida señalando la crisis de violencia y criminalidad que afecta al país, donde en 2024 se registraron 2,082 homicidios, la cifra más alta desde 2017.
En su discurso de asunción, el nuevo mandatario interino, José Jerí, de 38 años, prometió priorizar la seguridad ciudadana:
“El mal que nos afecta es la inseguridad. Debemos declararle la guerra”, afirmó en su primer mensaje oficial.
Un nuevo capítulo de inestabilidad política
La destitución de Boluarte se suma a una larga lista de cambios de gobierno en Perú, un país que ha tenido siete presidentes desde 2018.
De ellos, tres fueron removidos por el Congreso, dos renunciaron ante amenazas de vacancia y uno —Francisco Sagasti— concluyó su mandato interino en 2021.
Boluarte había llegado al poder en diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo, quien fue acusado de rebelión e intento de disolver el Congreso.
Ahora, Jerí deberá liderar un gobierno de transición hasta julio de 2026, cuando asuma el próximo presidente electo en los comicios generales programados para abril.
Jerí también enfrenta cuestionamientos
Aunque Jerí se presenta como un líder joven y conciliador, su trayectoria no está libre de controversias. En 2025 enfrentó denuncias por abuso sexual y presunto enriquecimiento ilícito, casos que aún están bajo investigación.
El nuevo mandatario reconoció que Perú vive una “crisis política constante”, con instituciones debilitadas y una ciudadanía cada vez más desencantada con la clase política.
“Tenemos que construir acuerdos. El Perú necesita estabilidad y un futuro posible”, afirmó durante su juramentación.
