Los hospitales rurales en Louisiana se preparan para enfrentar cambios en Medicaid y futuros recortes federales, aunque los efectos podrían tardar en sentirse.
Los hospitales rurales de Louisiana están evaluando cómo enfrentarán los próximos cambios en Medicaid y los recortes federales al programa de salud pública. Aunque la preocupación es creciente, los expertos afirman que los impactos no se sentirán de inmediato.
Jeff Reynolds, director ejecutivo de la Rural Hospital Coalition of Louisiana, señala que estos hospitales son esenciales para las pequeñas comunidades del estado.
“Si se pierde uno de estos hospitales, ¿por qué una empresa se instalaría en esa comunidad si no puede ofrecer atención médica a sus empleados?”, advirtió Reynolds.
Actualmente, hay 49 hospitales rurales en 41 parroquias de Louisiana, y muchos dependen del financiamiento vinculado a Medicaid, un programa de salud clave para las poblaciones de bajos ingresos.
Con la reciente aprobación del One Big Beautiful Bill Act, se implementarán nuevas condiciones de elegibilidad para Medicaid y se reducirán los fondos destinados a este programa.
- En Louisiana, 1.6 millones de personas están inscritas en Medicaid
- Otras 300,000 personas están sin seguro médico
- En conjunto, representan cerca del 43% de la población del estado
A pesar de los recortes previstos, Reynolds asegura que no habrá cierres inmediatos de hospitales rurales. Los requisitos laborales para los beneficiarios de Medicaid entrarán en vigor en 2027, y los recortes más profundos al financiamiento hospitalario ocurrirán en 2029.
Como parte del mismo paquete legislativo, se creó un fondo de $50 mil millones para respaldar el sistema de salud rural. Louisiana podría recibir entre $100 y $150 millones al año de este fondo hasta 2030.
“Louisiana ha hecho un buen trabajo apoyando a sus hospitales rurales. Solo uno ha cerrado desde los años 90, y fue por un huracán, no por problemas financieros”, explicó Reynolds, en referencia al hospital South Cameron Memorial.
A largo plazo, el futuro es incierto. Reynolds admite que no hay una solución clara para cuando se agoten esos fondos especiales. El desafío será mantener un sistema de salud rural sostenible sin depender exclusivamente del apoyo federal.
