Explosión en Cali y derribo de helicóptero en Antioquia generan alarma.
Colombia enfrenta una nueva escalada de violencia tras dos ataques simultáneos que dejaron más de 20 muertos y decenas de heridos.
El primero ocurrió en Cali, donde un camión cargado de explosivos estalló cerca de la base aérea Marco Fidel Suárez. Entre las víctimas se encuentra una mujer embarazada que pasaba por el lugar. El segundo ataque tuvo lugar en Amalfi, Antioquia, donde un dron derribó un helicóptero policial durante una operación antidrogas. Ocho uniformados perdieron la vida en el hecho.
El presidente Gustavo Petro calificó los atentados como parte de una “escalada terrorista” atribuida a disidencias de las FARC que operan bajo lo que denominó “la junta del narcotráfico”.
La ONU condenó enérgicamente los hechos y pidió respeto al derecho internacional humanitario, mientras que el Gobierno colombiano anunció recompensas e intensificación de operativos de seguridad.
Las investigaciones continúan y se espera un refuerzo militar en las zonas afectadas. La pregunta que queda es si esta ola de violencia marcará un nuevo punto de quiebre en la seguridad del país.
